miércoles, 30 de abril de 2008

Nuevos tiempos, nuevas "actitudes"

Seguimos reflexionando sobre cómo la irrupción de la era digital ha transformado irremediablemente los viejos conceptos del tratamiento de la información. Los medios de comunicación y el flujo informativo fueron, como resulta evidente, los primeros sometidos a una evolución de tales magnitudes. Libros como La prensa sin Gutenberg de Fogel y Patiño o documentales premonitorios (de tintes catastrofistas) como Epic 2015 son dos ejemplos de cómo el macro-desarrollo de las nuevas tecnologías provoca que éstas engullan poco a poco los medios de comunicación tradicionales. Concibamos estos medios no sólo desde el punto de vista de las grandes corporaciones mediáticas, sino "medio de comunicación" entendido también como formas de intercambio de información, de comprensión y aprendizaje. En definitiva, el propio lenguaje, el conocimiento y su difusión y, por su puesto, su almacenamiento.

El hecho de que el periodismo digital cumpla 13 años no pasa desapercibido para los interesados en cada uno de los pasos agigantados del titán denominado Internet. La Red no sólo ha modficados las conductas y los hábitos sociales, sino que ha ido impregnando de sus nuevos conceptos de "participación" la esfera informativa. Dentro de este ambiente de replanteamiento del papel del periodista en el mundo digital y análisis de fenómenos como la Web 2.0, se enmarca el III Congreso Internacional de Periodismo en la Red, celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

En dicho congreso se hizo especial hincapié en fenómenos como las Redes Sociales, los Blogs y, en definitiva, la denominada e-Participación. Nuevos papeles para nuevas realidades sociales. Tal y como lo denominaría Christian Van der Henst S. en su interesante artículo explicativo ¿Qué es la Web 2.0?, la nueva "actitud" de los tiempos digitales. El análisis más fructífero a la hora de estudiar los nuevos fenómenos prácticamente sociológicos no se basa en cuestiones como la tecnología o las plataformas especializadas: "El Web 2.0 no es precisamente una tecnología, sino es la actitud con la que debemos trabajar para desarollar en Internet".


Jean François Fogel, encargado de la administración, concepción y remodelación constante del sitio web del periódico francés Le Monde, fue uno de los ponentes del congreso mencionado. Fogel elaboró un discurso alejado de los catastrofismos digitales como pudiera ser la peculiar visión del Epic 2015. Estas agoreras concepciones de la evolución de la Red casi remiten ya en el imaginario colectivo a la arcaica ciencia ficción de películas de culto como Blade Runner o a fenómenos paradigmáticos como la "cosmología" Matrix de los hermanos Wachowski. Y, en general, a la mítica imagen del hombre contra la máquina, los límites entre lo humano y lo tecnológico... Internet, las grandes corporaciones, la blogosfera y la "vida" y hábitos en la esfera digital son ya una realidad tangible en nuestras sociedades.

Uno de los puntos fuertes de la aportación de Fogel se relaciona con uno de los grandes cambios que propone la digitalización del periodismo en su paradigma tradicional: la estrecha relación entre la audiencia y la información que el periodista elabora para ésta. Los blogs o bitácoras son los ejemplos por excelencia de tal evolución, haciendo posible el reconocimiento de nuevos términos como "periodismo alternativo" o "periodismo participativo o democrático".

Una de las grandes preguntas en este sentido sigue siendo la misma desde que apareció el incipiente periodismo digital, los blogs y las comunidades virtuales: ¿Cuál es el límite entre la democratización y la participación popular en la labor informativa? O, más concretamente, ¿Qué problemas deontológicos plantean los blogs en la profesión periodística?